En esta ocasión amados lectores dejaré un hermoso Salmo, es
una promesa para los hijos de Dios.
Es maravilloso, saber que después de estar abandonada, sin
esperanzas, Dios nos encontró, y día a día nos regala promesas tras promesas.
Tenemos un Dios bueno, sus cuidados y sus provisiones son innumerables, como no
exaltar su nombre día a día, ser humildes como lo fue el, El Señor Jesucristo,
quienes somos nosotros para ser rebeldes y desagradecidos, viendo tanta bondad
para los llamados y para sus escogidos.
En este salmo veremos que pareciera que es una poesía o un
poema, o un cuento, pero ya vera que son promesas dichas por David, dirigido
por el Espíritu Santo de Dios.
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Jehová es mi pastor, nada me faltará. En lugares de
delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará.
Confortará mi alma. Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú
estarás conmigo; tu vara y tu cayado te infundirán aliento. Aderezas mesa
delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi
copa está rebosando. Ciertamente, el bien y la misericordia me seguirán todos los
días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días.
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En este salmo, David hace referencia a aquellos que son el
pueblo de Dios, en aquel entonces su pueblo era solo Israel, y David amaba a su
pueblo. Escribió estas palabras por las experiencias que él había pasado con
las ovejas que había pastoreado en su juventud.
David reconocía a Dios como su pastor, el que le guiaba, le
llevaba por senderos de tranquilidad, David era un guerrero, era muy difícil
encontrar paz en medio de las tormentas.
David, en este caso está representando a cada uno de los
creyentes hijos de Dios, es por eso que debemos aprender estos salmos que nos
dan tantas promesas.
David conocía que su pastor lo llevaría por verdes pastos, y
que junto a aguas de reposo lo haría descansar, y que el mimo Dios lo
pastorearía, considerándose él mimo una oveja, representando a todos los que
hemos abrazado la cruz.
David entendía que aunque pasará en la vida por valles de
sombra y de muerte, no tendría temor, porque su capitán el buen pastor, no le
dejaría abandonado.
David comprendía que era necesario guiarlo con vara y un
cayado, la vara para corregirlo, el cayado para alcanzar su cabeza si deseaba
descarriarse, o se hundía en algún sitio complicado, el lo sacaría con el
cayado. La vara infunde temor en la disciplina pero le infunde aliento estar en
paz y obediencia con su pastor, Dios mismo.
David también sabía que el pastor, extendería una gran mesa
llena de delicados pastos, delicados manjares, en presencia de sus enemigos,
Dios sabe como hacer con los enemigos de nuestra alma, Él nos defiende y los bendice,
siempre que haya injusticias.
David sabía también que su pastor, llevaba consigo, una
vasija con aceite, a las ovejas cuando regresan al redil, el pastor se pone en
la puerta y con la vara las hace pasar una a una, las que vienen bien, las deja
pasar, las que vienen heridas, entonces el buen pastor le hace unos cariñitos
en la barbilla y mira bien los rasguños que pueda traer y la cura con el
aceite.
David conocía todo este proceso y supo que el amor de Dios se
comparaba con el amor de un pastor con sus ovejas.
David, sabía que siempre saciaría su boca de bien y no de
mal, que aguas frescas lo reanimarían, por lo tanto, el pastor de las ovejas,
cuando ellas iban pasando por la puerta, había un cubo lleno de agua, donde las
ovejitas metían el morro, el hocico, hasta los ojos.... es por eso que el
salmo dice, "Mi copa esta rebosando"
David también sabía que el bien y la misericordia, le
seguirían todos los días de su vida, y por largos años, viviría en la casa de
Dios.
El amor, la pasión de David, nos representa al Señor
Jesucristo, esa valentía, su amor por Israel, por su obra, por el templo, el
cual no pudo participar de la construcción, vemos aquí, un tipo de Cristo,
nuestro gran amor.
El Señor es nuestro pastor, Él es pastor de quienes se han
acercado a su presencia, y Él se ve en el deber de proveer para cada necesidad,
estas promesas son para ti y para mí. El pan y el agua no te faltará, solo
tienes que ser como las ovejas, ellas son unos animales que no saben
defenderse, cuando las matan, ni chillan, cuando las personas quieren dañarlas,
ellas se arrinconan y ni se quejan, son un ejemplo de mansedumbre, Dios nos
pide obediencia, y si no la encuentra en nosotros entonces viene la vara,
esperemos mejor ser obedientes y que nuestro Padre se alegre de nuestro
sometimiento a su voluntad y su Palabra.
Confié plenamente en sus promesas y en su amor.
Recuerda que: Tú vales mucho para Dios