¿Hasta
cuándo, Jehová? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta
cuándo
esconderás tu rostro de mí? ¿Hasta cuándo pondré 2
consejos
en mi alma, Con tristezas en mi corazón cada día?
¿Hasta
cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí? Mira, 3
respóndeme,
oh Jehová Dios mío; Alumbra mis ojos, para que
no
duerma de muerte; Para que no diga mi enemigo: Lo vencí. 4
Mis
enemigos se alegrarían, si yo resbalara. Mas yo en tu mi- 5
sericordia
he confiado; Mi corazón se alegrará en tu salvación.
Cantaré a Jehová, Porque me ha hecho bien. 6
Cuantas veces nos hemos hecho la misma pregunta que el
salmista ¿hasta cuando Señor?, ¿Qué he hecho? Son preguntas que muy
frecuentemente llegan a la mente del creyente, no distamos tanto en la forma en
que David le decía a Dios, como siempre decimos pasa el tiempo, pero los
temores del hombre son los mismos. Y en este Salmo vemos una totalidad de
¿porques?
Con todo ello vamos a ver un poco más lo que podemos
desgranar de este Salmo. Encontramos
varios estados emocionales, uno de ellos
sería la ansiedad, un darse a la oración, al ruego y otro que seria el
reconocimiento, la confesión.
En el versículo uno encontramos ese estado de ansiedad, tiene
esa sensación de que Dios se ha apartado de su vida, su angustia es porque
piensa que ya no hay comunión entre el Creador y el, en su desesperación, no
entiende, normalmente nos sentimos mal porque pensamos que nos hemos apartado
de Dios, pero David pensaba que Dios se había escondido. Que angustia tener esa
sensación. Por otro lado su tristeza se hace mas grande, ya que le dice ¿me
olvidaras para siempre?, os podéis imaginar esa sensación, es terrible
imaginarse que Dios pueda olvidarse de uno para siempre, y esa desesperación se
hace notar en este Salmo. Nos esta diciendo que se siente solo, vació, que esta
en manos de las circunstancias, de que sirven sus oraciones si El se ha
apartado de su vida.
David nos esta diciendo, que tiene una necesidad imperiosa de
sentir la paz que Dios produce en nuestras vidas, al igual que nosotros, da
igual la circunstancia, si es oprobio o alegría, pero necesitamos sentir la paz
que nos da el Señor, todo ello hace que nos impacientemos y es cuando no
entendemos los tiempos de Dios y queremos una pronta respuesta, debe ser ya, y
de una forma u otra el salmista es lo que le decía a Dios.
Tenemos varios ejemplos de personas que esperaron durante
años una respuesta, que quizás también se sintieron que Dios se había escondido
de ellos, entre algunos ejemplos tenemos la mujer del flujo de sangre, la cual
llevaba años enferma, o el hombre que llevaba postrado esperando que alguien lo
acercara para sanarse y pasaron treinta y ocho años dice la palabra, cuando
tubo el encuentro con el Maestro.
En el versículo tres, podemos notar que David da un cambio,
ya no reclama la presencia de Dios, sino que cambie su propia condición,
pensando que si su condición cambia se reencontrara con El otra vez. Ese cambio
de condición va acompañado de una apelación ya que si me respondes, mis
enemigos no podrán decir que me vencieron, porque tú siempre me has dado la
victoria. Entendemos cual es el cambio, no es un trueque con Dios, de: si yo
hago esto Tu me harás esto. No David no
quiere canjear nada con el Señor, tan solo su condición, y si vuelve a su
presencia, sus enemigos no tendrán motivo de reclamarle :que ahora que, ¿Dónde
esta tu Dios?, nos va sonando todo esto ¿verdad?, David esta pidiendo que sus
ojos sean abiertos, entendimiento para comprender todo esto. De todo ello
podemos sacar una enseñanza y es que los acontecimientos nos obliga muchas
veces a doblar nuestras rodillas y orar al Padre, pedimos que interceda, y eso
es bueno para nuestra vida, porque Dios se agrada cuando intercedemos con
humildad y en verdad , y mas cuando se hace para otro, Dios se complace y su
misericordia es infinita.
Hemos comentado al empezar este estudio de que David hace
confesión, en el versículo cinco lo podemos encontrar, esta confesando su fe,
haber no es una fe apelando a la grandeza de Dios, Rey o Creador, sino que le
dice “he confiado en tu misericordia” Esta bien alabar a Dios, claro que si,
fuimos creados para su alabanza, pero esperar y desear sus misericordias, es
demostrar una dependencia total de lo Celestial. Y por contrapartida
encontramos a David diciendo que “su corazón se alegrara”, es decir esta en una
angustia extrema, y es capaz de alegrarse, es capaz de ello porque ha
depositado su esperanza en Dios, no en la circunstancia, esta diciendo: puedo
ser muy hábil, pero de nada me sirve. Porque tu eres el que me cuida y me
protege. Es decir por una parte hay una desesperación, pero el corazón se va
calmando y sosegando cuando confiesa que tiene su esperanza puesta en El.
Este Salmo es muy corto, pero se podrían llenar páginas sobre
el, pero vamos a retener algo que probablemente nos será de ayuda. Cuando Dios
nos obliga a arrodillarnos, debemos ser agradecidos por los motivos que nos
llevaron a ello, ya que cuando la bonanza en la vida sonríe, pocos son los que
se acuerdan que esa bonanza procede también de Dios, el no agradecer la bonanza,
en ocasiones es motivo a que lleguemos a un punto de desesperación como le
llego a David, debemos acordarnos de la cura de los diez leprosos que el Señor
sanó, tan solo uno volvió para dar las gracias.
Se que son muchas las veces que decimos que complicado es
todo esto, y en parte no te quito la razón, pero también te digo que si anidáramos
totalmente bajo la voluntad de Dios, le reconociéramos en cada cosa, hasta por
la ropa que vistes hoy ¿le preguntases que ponerte? El sabe lo que va a pasar
hoy, nosotros no ¿quién mejor que El para que te diga que ponerte? Quizás puede
parecerte algo tonto, pero prénsalo bien, cuantas veces decimos ¿ahhhh si
hubiese sabido que iba a pasar o ir me hubiese vestido……? Puede que te haga
gracia, pero cuando tengas un momento piensa en ello.
Dios nos coloca en situaciones límites como a David para que
nos acordemos que somos creaciones de El. Y no olvidemos como dice en
Col 1:27 ……..Cristo,
la esperanza de gloria”………………….
No hay comentarios:
Publicar un comentario