Hablar de Priscila es tener que hablar de Aquila, el
matrimonio siempre unidos estuvieron junto a Pablo en la fabricación de tiendas
y en la evangelización.
Veamos donde los sitúan las Escrituras
Hch. 18: 1-3
Después
de estas cosas, Pablo salió de Atenas y fue a Co-
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rinto. Y halló a un judío llamado Aquila, natural del Ponto,
recién
venido de Italia con Priscila su mujer, por cuanto Claudio
había
mandado que todos los judíos saliesen de Roma. Fue
3
a ellos, y como era del mismo oficio, se quedó con ellos, y
4 trabajaban juntos, pues el
oficio de ellos era hacer tiendas.
De cómo y cuando el matrimonio conocieron al Señor , que lo
aceptaron , las Escrituras no dicen nada de ello, tal vez cuando conocieron a
Pablo ellos ya habían aceptado al Salvador, o tal vez fue el mismo Pablo el que
les condujo a que tomaran ese paso de fe, a la final todo son suposiciones,
pero lo importante es que servían al Señor de forma activa, y fueron de gran
ayudad para Pablo también, y
por otro lado era un matrimonio que se tenían gran amor el uno por el otro.
Cómo ya hemos comentado Dios los uso gratamente, fueron una
buena ayuda para el Apóstol, y le dieron también cobijo, cuando lo necesitaba,
sabían de la necesidad de su hermano, y todo lo que ellos podían hacer para que
el ministerio de este fuera hacia donde Dios había marcado..
Para Priscila y su esposo fue de gran bendición la compañía
de Pablo, ya que el tiempo que compartían con él, debieron ser de enseñanzas,
de testimonios.
Cuando Pablo se marcho de Corinto se llevo al matrimonio, y
los dejo trabajando en Efeso, mientras el siguio su camino. Ya estaban
capacitados después de todo lo que Pablo les había enseñado, y el Espíritu les había
mostrado.
Hch.18 24-26
Llegó
entonces a 24
Éfeso
un judío llamado Apolos, natural de Alejandría, varón
elocuente,
poderoso en las Escrituras. Éste había sido ins- 25
truido
en el camino del Señor; y siendo de espíritu fervoroso,
hablaba
y enseñaba diligentemente lo concerniente al Señor,
aunque
solamente conocía el bautismo de Juan. Y comenzó 26
a
hablar con denuedo en la sinagoga; pero cuando le oyeron
Priscila
y Aquila, le tomaron aparte y le expusieron más exactamente
el camino de Dios.
Que enseñanza tan grande podemos sacar de estos versículos,
Priscila y su esposo escucharon todo lo que Apolos les decía, y lo hicieron sin
juzgarlo en ningún momento, sabían que Apolos estaba enseñando en verdad, quizás
era insuficiente su conocimiento, pero ponía de su parte para que el evangelio
fuera enseñado, pero lo importante es que no le reprendieron en público sino
que tal como marcan las Escrituras, lo tomaron a parte, y en esa intimidad le
exhortaron como debían hacerlo.
Con todo ello podemos llegar a una conclusión, no es
necesario ser hombres como Pablo o Pedro para ser usados de una forma
relevante, Priscila y su esposo fueron usados de una forma determinada, la que
Dios había provisto para ellos, y fueron fieles, eran ejemplo de matrimonio, de
servicio a Dios, testimonio para los hermanos, fueron importantes en ese
proceso de expandir el evangelio, Dios uso a un matrimonio humilde, una mujer y
un hombre que fabricaban tiendas, pero que su amor por el Señor era tan grande
que ninguna piedra era lo suficientemente grande para que se quedasen sin hacer
nada.
Utilizaron su casa para que se pudieran reunir, entonces no
existían las grandes congregaciones que conocemos en la actualidad, pero a
pesar de ser gente humilde y su casa por tanto sería igual, no les importo que
las personas, las cuales acudían a orar y escuchar pensaran que su casa no
tenía riquezas.
Priscila nunca se quejo, acepto
que su esposo debía estar al frente de ese ministerio, y ella permaneció
siempre a su lado, asumiendo juntos los riesgos que conllevaba abrir su casa
para tal menester, podría haber sido Priscila una mujer que le recriminara a su
esposo, de que lo que estaba haciendo los podía poner en peligro, pero no , el
amor por su Señor y por su marido la hizo la ayuda idónea para su esposo.
Con que deberíamos quedarnos de
esta exposición, que Dios no necesariamente usa “hombre importantes “de una
congregación, sino lo que le importa son personas fieles, y dispuestos a hacer
su voluntad.
Otra lección que podemos aprender
es con respecto a su matrimonio. Ellos eran unidos en su trabajo, su
hospitalidad, su servicio, y su estudio de las Escrituras. Con todo ello, no
quiere decir que una mujer casada que tenga habilidad para los negocios u otra
capacidad o profesión no debe usar sus condiciones, Un esposo verdaderamente
unido a su mujer querrá que ella use del mejor modo los dones que Dios le dio.
El ejemplo que nos dejo Priscila,
que no es necesario desprenderse de lo que era como mujer, pero si ser una
mujer que primero amaba a Dios, y sabía las obligaciones que tenía con su
esposo a la hora de llevar su ministerio, nunca quiso estar por encima de él.
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