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miércoles, 27 de noviembre de 2013

PARÁBOLA DE LA GRAN CENA.


 
Lucas 14: 16-24

Entonces Jesús le dijo: Un hombre hizo una gran cena, y convidó a muchos. Y a la hora de la cena envió a su siervo a decir a los convidados: Venid, que ya todo está preparado. Y todos a una comenzaron a excusarse. El primero dijo: He comprado una hacienda, y necesito ir a verla; te ruego que me excuses. Otro dijo: He comprado cinco yuntas de bueyes, y voy a probarlos; te ruego que me excuses. Y otro dijo: Acabo de casarme, y por tanto no puedo ir. Vuelto el siervo, hizo saber estas cosas a su señor. Entonces enojado el padre de familia, dijo a su siervo: Ve pronto por las plazas y las calles de la ciudad, y trae acá a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos. Y dijo el siervo: Señor, se ha hecho como mandaste, y aún hay lugar. Dijo el señor al siervo: Ve por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mí casa. Porque os digo que ninguno de aquellos hombres que fueron convidados, gustará mi cena.
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Vista la Parábola debemos conocer el contexto en la que se encuentra; Encontramos a Jesús en día de descanso, sábado, en casa de un gobernante fariseo, invitado con el propósito de ver si Jesús hace o dice cualquier cosa que pueda ser utilizada en su contra, es fuertemente observado por todos los fariseos invitados y aun así y sabiéndolo El, sana a un enfermo, ninguno puede decirle nada pues reconocen que cualquiera de ellos haría lo mismo por cualquiera de sus animales. Además Jesús había corregido los modales de los invitados ya que todos pretendían situarse en los mejores sitios en la mesa, incluso aconsejo al anfitrión sobre como preparar un evento con tal cantidad de invitados y todos de diferente manera de ser y comportarse.
Llega el momento en que uno de los invitados dice a Jesús:
¡Bienaventurado el que coma pan en el banquete del reino de Dios!
Jesús respondió a esta expresión con la parábola que hoy nos ocupa en la que el gobernante fariseo manda a su siervo a visitar a los invitados para comunicarles que todo esta listo; TODOS PONEN EXCUSAS PARA NO IR!!!
En esa época se avisaba del evento con antelación, pero el día señalado es cuando se confirma al anfitrión la asistencia.
Estamos nosotros igual que en esta parábola, hemos recibido la invitación con antelación por parte de Dios para entrar en el Reino, aunque no todos la aceptemos.
Dios nos ha invitado a su banquete y (seguro muchos de nosotros también) siempre ponemos excusas para no acudir a ese banquete en el que como plato principal tenemos la salvación, lo maravilloso es que todos estamos invitados pero no todos aceptamos la invitación. Es por Gracia y misericordia de Dios que podemos acudir al banquete y recibir nuestro plato principal, nuestra salvación, lamentablemente el negarnos a aceptar la invitación nos privaría de ello, y es la única manera de recibir ese precioso plato que solo allí se sirve, no hay otra manera de acudir al banquete que no sea aceptando la invitación del Padre antes de que llegue el día señalado.
En esta parábola se muestra a tres de los invitados con sus respectivas excusas para no acudir al banquete:
El primero dijo; "He comprado una hacienda y necesito ir a verla. Te ruego que me excuses"
El segundo dijo; "He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlos. Te ruego que me excuses"
El tercero dijo; "Acabo de casarme y por tanto no puedo ir"
Si las analizamos vemos que son excusas tontas:
“he comprado y necesito ir a ver...”; tu compras sin mirar antes? si lo viste antes de comprar y ya es tuyo ¿tan urgente es volver a verlo?
"He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlos”; ¿a la hora de la comer?
"Acabo de casarme y por tanto no puedo ir"; Una invitación de este tipo no excluye a la mujer o marido……ves con el o ella.
Que excusas ponemos nosotros para no aceptar la invitación? ¿Estar ocupados como el primer caso en nuestras terrenales y caducas posesiones? ¿Tener que ocuparnos de negocios o trabajo como el segundo?
¿Sentimientos terrenales como el tercero?
Infinidad de excusas podemos poner para no aceptar la invitación, para no acercarnos al Reino de Dios.
Cuando regresa el siervo y comunica al anfitrión el rechazo a su invitación le manda a buscar invitados para el banquete, y así se hace pero sigue quedando sitio sin ocupar por lo que el anfitrión pide al siervo vuelva a salir para forzarlos a entrar a fin de ocupar todos los sitios que los invitados habían rechazado:

Porque os digo que ninguno de aquellos hombres que fueron convidados, gustará mi cena.

Cabe destacar también que esta parábola estaba dirigida al pueblo judío, al pueblo de Dios, que tantas veces ha recibido las invitaciones, es el pueblo por El escogido para llenar el Reino, para asistir al banquete. Lamentablemente, incluso hoy en día, una gran parte del pueblo escogido le esta rechazando la invitación, es por eso que nosotros pasamos a formar parte de los invitados, somos los que rellenamos los sitios que quedan vacíos por no haber aceptado a ir los invitados originalmente, por decirlo de una manera en concordancia a la parábola somos los que el siervo tiene que ir a recoger para que sean invitados a la cena, al Reino; “Ve pronto por las plazas y las calles de la ciudad, y trae acá a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos”, y aun así todavía no todos aceptan la invitación, hay que “forzarlos a entrar”, pasando a ser parte de los escogidos aunque no los originalmente escogidos, El ya sabia de antemano que muchos no aceptarían la invitación. Ese siervo que salio a recoger gente para acudir a la cena era el mismo que explicaba la parábola, ese siervo es Jesús!! Es el que aquí vino mandado por Dios para entregarnos a todos los pueblos la invitación al Reino, y volvera para recoger a los que se hayan preparado para ese día, a los que realmente hayan aceptado la invitación.
Es lastimoso pero es lo que sucederá, y muchos avisos tenemos sobre esto en las escrituras, si rechazas a Dios en tu vida el día del banquete serás rechazado (aún habiendo sido de los primeros invitados) otros entraran en tu lugar, El desea llenar la estancia, el Reino, y lo hará estemos o no nosotros ahí.
Dios nos invita cada día de nuestras vidas, quizás recibes la invitación, la tienes delante y no la aceptas, varias veces, muchas, en Su infinita bondad nos invita una y otra vez, desea llenar el Reino, no sirven tontas y carnales excusas para no aceptarla.
Si no aceptas la invitación El no te aceptará después, ninguno de nosotros quiere ser parte de los invitados que queden fuera.
Es cruel el mensaje final de esta parábola, si no aceptas quedas fuera, todos sabemos lo que comporta aceptar esta invitación, el día del banquete no podemos presentarnos de cualquier manera, debemos vivir preparándonos para el día del banquete, y esta preparación no consiste solo en aceptar su invitación si no en cada día vivir conformes a su voluntad, transformarnos segun sus enseñanzas.
Terminar este estudio con el versículo que da pie a que nuestro Señor expusiera esta parábola.

"Oyendo esto uno de los que estaban sentados con él a la mesa, le dijo: ¡Bienaventurado el que coma pan en el banquete del reino de Dios!"

 






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1 comentario:

Unknown dijo...

la gran cena, una muy linda y muy dura reprencion de DIOS para el israel, espiritual, asi lo dice pablo,,,,,,, esta parabola es una PROFECIA, que esta apunto de cumplirse,,,,,,,,, los primero que se escusaron fueron aquellos que como dirigente tenian la obligacion de alimentar al pueblo, pero elloa lo rechazaron,,,,,,, esta profecia estaria bueno que la estudiaramos mas de cercas,,, BENDICIONES, varon del DIOS SANTO,,