Esaú; “velludo” tal como se nos
indica en Génesis 25: 25 «era todo velludo como una pelliza».
Hijo mayor de Isaac y Rebeca, estéril
ella, hermano gemelo de Jacob.
Se le llamaba también Edom, que
significa «rojo», más adelante veremos el por que de este nombre.
De su
descendencia se formó el pueblo Edomita o Idumeo. Los descendientes de Esaú
fueron llamados edomitas y así el lugar donde habitaron, por lo cual la tierra
tomó el nombre de Edom. Más tarde, los edomitas fueron llamados idumeos por los
romanos.
Edom
ocupaba la región montañosa al sureste del Mar Muerto, llamada originalmente
Monte de seir (significa velludo), otra alusión al nombre de Esaú.
Fue una persona del campo, era un
gran cazador y además era el hijo predilecto de su padre Isaac ( Génesis 25:
28).
Hemos citado antes de que Esaú era
gemelo de Jacob, fue Esaú quien nació primero, por lo tanto el primogénito. Su
hermano gemelo, Jacob, nació con su mano agarrando el calcañar de Esaú, lo
tenia agarrado dando a entender la lucha que ya en el vientre materno se libró
entre los dos hermanos a fin de obtener la primogenitura.
Dios mismo anunció que su hermano
Jacob sería quien obtuviera en el futuro la bendición de su padre, dijo ya
antes de que nacieran que la supremacía sería de Jacob.
Génesis 25: 22-23
Y los hijos luchaban dentro de ella;
y dijo: Si es así, ¿para qué vivo yo? Y fue a consultar a Jehová; y le
respondió Jehová: Dos naciones hay en tu seno, Y dos pueblos serán divididos
desde tus entrañas; El un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, Y el mayor
servirá al menor.
Esaú aproximadamente a la edad de 40
años (Génesis 26: 34) tomó dos esposas hititas: Judit hija de Beeri, y Basemat
hija de Elón, a las cuales odiaban tanto Isaac como Rebeca (26: 35).
Debido a los acontecimientos que
seguidamente comentaremos juró que algún día iba a matar a su hermano Jacob.
Cuando fue consciente de que sus
padres no aprobaban su unión marital con sus dos esposas caananitas, Esaú fue a
la tierra de Ismael, su tío, y tomó a la que fue su tercera esposa, Mahalat,
hija de Ismael y por lo tanto prima suya.(28: 8-9).
En las escrituras se le conoce por
dos grandes motivos; uno por haber vendido su primogenitura a su hermano Jacob
y, con toda seguridad conociendo un poco de su carácter, lo que más le dolió;
perder la bendición paterna.
Vamos a ver ahora tal como comentaba
al principio el motivo por el que era también llamado Edom (rojo), viene
perfectamente explicado en La
Palabra de Dios.
Génesis 25: 29-30
Y guisó Jacob un potaje; y volviendo
Esaú del campo, cansado, dijo a Jacob: Te ruego que me des a comer de ese guiso
rojo, pues estoy muy cansado. Por tanto fue llamado su nombre Edom.
Génesis 25: 31-34
Y Jacob respondió: Véndeme en este
día tu primogenitura. Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué,
pues, me servirá la primogenitura? Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le
juró, y vendió a Jacob su primogenitura. Entonces Jacob dio a Esaú pan y del
guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció
Esaú la primogenitura.
Como llegó definitivamente a perder
la bendición paterna Esaú sabemos que fue por un engaño, a raíz del cual fue su
hermano quien recibió la bendición de Isaac (lo ampliaremos en el estudio de
Jacob). El resultado fué que se sintió engañado, robado, privado de todo lo que
le correspondía:
Génesis 27: 41
Y aborreció Esaú a Jacob por la
bendición con que su padre le había bendecido, y dijo en su corazón: Llegarán los
días del luto de mi padre, y yo mataré a mi hermano Jacob.
Varias son las enseñanzas que se nos
muestran en la persona de Esaú:
Esaú puede parecer viéndolo con ojos
de hombre mucho mejor y más dotado física e intelectualmente que su hermano Jacob.
No siempre se puede juzgar a alguien por las apariencias, a decir verdad;
nunca. Se debe siempre mirar el interior de la persona. Así es como juzga Dios
a los hombres, a ti y a mi, a todos. Esaú era el tipo de hombre, joven, fuerte,
admirado por los demás. Era el típico con un formidable aspecto exterior, el
cual distaba mucho de su personalidad interior. No tenía ninguna comprensión,
capacidad o deseo de ocuparse de asuntos espirituales. Tenía grandes pasiones,
pero carecía de fuerza interior y de autocontrol. Tan solo le importaba el
mismo, es por eso que vende su primogenitura a cambio de; un guiso de lentejas!
Esaú era tremendamente materialista
y mundano, pero tenía que ser como primogénito el que recibiese la bendición
paterna.
Esaú no dio a este privilegio ningún
valor y tampoco quería ser el sacerdote de la familia, con la responsabilidad
que ello requería.
Sería como el que tan solo desea
aprovecharse de los beneficios, de las bendiciones, pero sin mantener ningún
tipo de compromiso u obligación a cambio, sin tener ningún tipo de
responsabilidad “He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la
primogenitura?”
Tan solo por satisfacer una pequeña
e insignificante necesidad física fue por lo que Esaú vendió todos sus derechos
y obligaciones a su hermano Jacob.
Renunció a toda obligación en cuanto
a vida espiritual se refiere, pensó y actuó tan solo como hombre.
Si dedicamos toda o en gran parte
nuestra vida a lo físico, lo material, lo perecedero, a todo lo que es pasajero
y temporal somos como Esaú.
La
Biblia
nos muestra otra y gran manera diferente y correcta de vivir:
Un Cristiano es toda persona que ha escuchado,
aceptado y obedecido el mensaje del Evangelio, se ha sentido lleno de la gracia
de Dios aceptando la obra de Jesucristo en la cruz y le ha incorporado a su
vida dejándole el espacio en su corazón que antes ocupaba su yo.
Muchos Cristianos hoy en día, quizás
por influencias tanto mundanas, como de erróneas o falsas doctrinas viven una
vida a lo Esaú, incluso a veces, exageradamente, se tiene más obsesión e
idolatría a lo material que cualquier hombre no creyente o de cualquier religión.
La pregunta final sería si estamos
dispuestos a no vender nuestras obligaciones, a no aceptar el modo de vida que
nos marca El Señor, a dejar escapar por nuestro comportamiento todas las
bendiciones que Dios nos tiene reservadas y tan solo a cambio de cualquier plato
de guiso rojo.
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