Lucas 12.16–21.
16 También les refirió una parábola, diciendo: «La heredad de un hombre rico había producido mucho.
17 Y él pensaba dentro de sí, diciendo: “¿Qué haré, porque no tengo donde guardar mis frutos?”.
18 Y dijo: “Esto haré: derribaré mis graneros y los edificaré más grandes, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes;
19 y diré a mi alma: ‘Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; descansa, come, bebe y regocíjate”.
20 Pero Dios le dijo: “Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma, y lo que has guardado, ¿de quién será?”.
21Así es el que hace para sí tesoro y no es rico para con Dios».
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Dijo Jesús; “Guardaos de toda
clase de avaricia.”
Jesús es siempre contrario a
cualquier tipo de avaricia, de codicia, contrario al egoísmo, al tener más solo
por el hecho de tenerlo, en cualquiera de sus formas, no pensemos solo en los
bienes materiales ni en el dinero, podría ser también notoriedad, exceso de
protagonismo, sea cual sea la forma de lo ambicionado siempre es egoístamente,
sin pensar en nadie más que no sea uno mismo. En resumen codicia es un deseo
desenfrenado por cualquier tipo de ganancia.
En esta Parábola Jesús
amonesta a todos los avaros, a los codiciosos no sin dar las razones de dicha
amonestación; “Porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los
bienes que posee.”
Y ese es un muy buen mensaje,
Jesús nos destaca que la vida es mucho más que cualquier tipo de bien, que no
se puede medir el trabajo de ningún hombre, y mucho menos si es Cristiano
tomando como referencia lo que haya podido acumular durante el recorrido de su
vida.
Lamentablemente en cualquier
comunidad Cristiana que conozcamos se hace notorio el que algunos de sus
miembros están más interesados en sus propios beneficios, en sus propios
reconocimientos, en su “YO” que es realmente escaso el tiempo que les queda
realmente, o las ganas, o las fuerzas para dedicarlas a la obra del Señor,
trabajan casi exclusivamente para “SU” obra, y hasta en algunos escasos casos
totalmente.
¿Donde podríamos interpretar
que esta el error?:
En que la verdadera enseñanza
de Jesucristo no a sido realmente acogida en sus corazones.
En la Parábola vemos a un rico
en dinero, en bienes, un hombre que podemos dar casi por supuesto envidiado por
muchos, un hombre exitoso en la vida, en “SU” vida, aparece Jesús y le llama
“necio”.
Y ahora viene la gran pregunta que tod@s podríamos
hacernos; si tanto éxito a tenido por que se le tacha de necio?.
No es considerado necio,
podemos estar seguros de esto, por todo lo que posee, es considerado necio
precisamente por que no posee lo mas importante; EL AMOR AL PROJIMO.
Este hombre se olvido durante
todo su vida de los demás, y queda esto bien reflejado en la Parábola (mi cosecha, mis
graneros, mi grano, mis bienes…..19 Y
diré: Alma mía, ya tienes bastantes cosas buenas guardadas para muchos años.
Descansa, come, bebe y goza de la vida.”). Mi, mi, mi, yo, yo, yo, todo mío, de nadie mas.
Este rico pensaba que en el
mundo no había nadie mas que el, olvido que siempre un hombre puede ser mucho
mas de lo que posee, que lo único importante eran sus bienes, para el la vida
era solo el acumular bienes materiales, cuando por esta bendición de riqueza
que tenia, no olvidemos nunca otorgada por Dios, desplazó de su vida la
autentica riqueza, la espiritual, la más grande de las bendiciones; el amor por
los demás.
Es mucho mejor, aunque como
hombres no lo veamos así, ser rico en Espíritu y obras que en bienes o
reconocimientos mundanos.
Este rico olvidó a Dios, entendió
mal cual es el objetivo de esta vida, tenia una perspectiva errónea de lo que
es la felicidad verdadera, creía que con esos bienes seria feliz, olvido que
con todo lo que era y poseía no podría NUNCA conseguir el tener una conciencia
limpia, ser útil al prójimo, ni ser agradable a los ojos de Dios.
Olvido este hombre que
solamente que ante todo esta la grandeza del Señor, y que para ser realmente
feliz tan solo tenia que hacer lo que es Su voluntad, olvido que si apartamos
al Señor de nuestra vida y propósitos lo que realmente obtendremos es la
muerte.
El mayor error que cometió
fue no contar con Dios, ni en pasado, ni en presente, ni en futuro, El cuenta
con nosotros y debemos corresponderle, Dios siempre debe estar presente en
nuestros planes, que en definitiva aunque no lo veamos así son los suyos.
Otro gran error que cometió
el rico de la Parábola;
olvidarse de la muerte, muchos de nosotros también la olvidamos, creemos
tenerlo todo y quizás mañana nada tengamos, quizás mañana ya no estemos en el
mundo y todo lo que tengamos aquí se quedara, y si no hemos conseguido en
nuestra vida todas las riquezas espirituales de nada nos sirve todo lo demás.
Si El Señor se siente feliz
con lo que consigamos ten por seguro que nosotros seremos inmensamente felices,
pero si El Señor da la espalda a lo que somos y tenemos…. mañana no tendremos
nada!.
Tan solo son los verdaderos
valores y bienes espirituales lo que podremos llevarnos de este mundo, de estos
bienes es de lo único que se nos va permitir usarlos para poder entrar en Su
Reino.
De que nos sirve entonces
vivir aquí con unos bienes que realmente nos conducirían a muerte, de que nos
sirve acumular bienes tanto materiales como inmateriales si hemos apartado a
Dios de nuestros corazones:
Podemos acumular riquezas,
podemos conseguir ser admirados por los demás, podemos vivir a cuerpo de rey
sin tener necesidad de nada material, podemos conseguir el reconocimiento del
hombre………..PARA QUE!!!
Tan solo debemos atesorar
para conseguir el beneplácito del Señor a fin de no tener que presentarnos ante
El (esta noche? Mañana?....Dios dirá) como auténticos mendigos y no ricos en Espíritu.
Esta noche? Mañana?....Dios
dirá. Toda Gloria a Dios, atesoremos lo que realmente podremos llevar a su
presencia, atesoremos las riquezas del Señor.
2 comentarios:
Wow poderoso estudio, lleno de Gracia de Dios verdaderamente.
Siervo esto me ha ayudado para hacer una predica a mi iglesia aqui en Venezuela, Dios es bueno!!.
Nos alegra a todos los que intentamos llevar este blog de manera edificante para todos que alguno de sus contenidos le haya sido de utilidad.
En nombre de todos: Toda gloria a Dios.
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