LÁZARO DE BETANIA

El personaje de hoy mas que una biografía Bíblica (pocos datos se nos da de el en las escrituras) nos sirve para ver como a veces El Señor nos utiliza para Sus propósitos. Para no hacerlo muy extenso lo dividiré en dos o tres partes, pues mucho es lo que podemos aprender por el milagro de Lázaro.

Todos conocemos por La Palabra el gran milagro que aconteció en la persona de Lázaro; fue la primera gran victoria de Jesús frente a la muerte.

Escrito está lo único que sabemos sobre quien era Lázaro en el Evangelio de Juan 11; 1-5.

Vivía en Betania (aldea a unos 2,5 Km. al este de Jerusalén, en la parte oriental del Monte de los Olivos, en el camino entre Jerusalén y Jericó), Hermano de María, la que ungió a Jesús con caro perfume, y Marta. Era, junto a sus hermanas, muy querido por Jesús.

Juan 11: 5

Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro.

Seis días antes de la pascua judía organizó una cena en honor al Señor (Juan 12: 1-2).

Lo más importante de Lázaro es que era una prueba evidente para sus contemporáneos del poder de Jesús, por su Divino poder fue resucitado, era una prueba viviente de que Jesús era el Mesías esperado; por este motivo fue condenado a muerte por el Sanedrín:

Juan 12: 10-11

Pero los principales sacerdotes acordaron dar muerte también a Lázaro, porque a causa de él muchos de los judíos se apartaban y creían en Jesús.

Por el milagro de Jesús en su amigo Lázaro muchísima gente empezó a creer, o como mínimo a querer acercarse a Jesús. Mucha gente estuvo en la triunfal entrada de Jesús en Jerusalén por este hecho.

Juan 12: 17-18

Y daba testimonio la gente que estaba con él cuando llamó a Lázaro del sepulcro, y le resucitó de los muertos. Por lo cual también había venido la gente a recibirle, porque había oído que él había hecho esta señal.

Lázaro podemos decir que era, después del milagro acontecido en su persona, el público anticipo de la gran victoria de Jesús sobre la muerte. Sabemos pues quien era Lázaro, veamos ahora lo que sucedió y lo que nos enseña Dios con ello.

Juan 11: 3-4

Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo. Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.

Lázaro, el gran amigo de Jesus enfermó

Aún habiendo sido avisado Jesús de la enfermedad de su amigo Lázaro era, lógicamente, incomprensible que Jesús se demorara en acudir a su casa. Después del aviso tardó dos días en acudir a la casa de Lázaro. De hecho cuando llegó, Lazaro llevaba ya cuatro días en el sepulcro.

Nosotros que conocemos el desenlace quizás alguna vez nos hayamos hecho la misma pregunta que se harían los discípulos y las hermanas de Lázaro en ese momento al ver la tardanza del Maestro en acudir a ver a Lázaro.

En esta tardanza es donde podemos tomar la primera enseñanza:

Dios tarda muchas veces en responder, lo hizo con Lázaro, pero el sabe cuando hacerlo, tiene Sus propósitos, Sus fines.
Jesús ya sabia todo lo que debía de pasar, El respondería a esa llamada a su tiempo.

Nuestra impaciencia como hombres no nos deja muchas veces entender la tardanza en las respuestas, en Sus bendiciones, en Su socorro para con nosotros; no nos quepa la menor duda que a Su tiempo vendrá su ayuda. 
No debemos de perder la Fe en El Señor, el esta ahí y siempre dispuesto a darnos Su apoyo, Su ayuda, Sus bendiciones, Sus milagros…

Dios sabe que cuando responda seremos complacidos a Su voluntad, nada nos dará que no merezcamos, todo lo que le pidamos justamente nos, será antes o después, concedido; Lázaro siempre tuvo Fe en Jesús al igual que sus hermanas, quizás estuvieran molestas por la tardanza de Jesús en acudir, pero en ningún lugar de La Palabra esta escrito que perdieran la Fe en Jesús.

Lo que no sabían las hermanas es que antes del anochecer y muerta ya toda esperanza de que Jesús sanara a Lázaro estarían viendo como Dios, a su tiempo, manifestaría Su poder a trevés de Su Hijo en el cuerpo de su hermano Lázaro.

No sabían tampoco que antes de terminar el día y ya de nuevo con Lázaro entre ellas estarían los tres Glorificando y dando gracias a Dios olvidando la angustiosa tardanza.

Podemos nosotros también estar convencidos de que El Señor responderá nuestras oraciones, que recibiremos su ayuda para mayor Gloria de Dios……a su tiempo.
Quizas sea hoy y dentro de nuestras tribulaciones cuando el poder de Dios se manifieste, quizas mañana; cuando Dios quiera antes del final del día entenderemos la angustiosa espera a veces a nuestras oraciones, a nuestras súplicas; estaremos dando gracias y glorificando nuevamente a nuestro Padre. 
Que como Lázaro debemos ser testimonio vivo del poder del Señor en nuestras sus vidas.

En Lázaro podriamos entender que incluso estando en la oscuridad de la muerte; Dios siempre nos llamará a Su infinita luz.

En los próximos estudios sobre el milagro en la resurrección de Lázaro de Betanía veremos otras enseñanzas reveladas en La Palabra de Dios.