Dijo
también a sus discípulos: Había un hombre rico que tenía un mayordomo, y éste
fue acusado ante él como disipador de sus bienes. 2 Entonces le llamó, y le dijo: ¿Qué es esto que
oigo acerca de ti? Da cuenta de tu mayordomía, porque ya no podrás más ser
mayordomo. 3
Entonces el mayordomo
dijo
para sí: ¿Qué haré? Porque mi amo me quita la mayordomía.4 Cavar, no puedo;
mendigar, me da vergüenza. Ya sé lo que haré para que cuando se me quite de la
mayordomía, me reciban en sus casas. 5 Y llamando a cada uno de los deudores de su amo, 6 dijo al primero:
¿Cuánto debes a mi amo? Él
dijo:
Cien barriles de aceite. Y le dijo: Toma tu cuenta, siéntate pronto, y escribe
cincuenta. 7
Después dijo a otro: Y tú, ¿cuánto debes? Y él dijo: Cien medidas de trigo. 8 Él le dijo: Toma tu
cuenta, y escribe ochenta. Y alabó el amo al mayordomo malo por haber hecho
sagazmente; porque los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus
semejantes que los hijos de luz. 9 Y yo os digo: Ganad
amigos por medio de las riquezas injustas, para que cuando éstas falten, os
reciban en las moradas eternas. 10 El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y
el que en lo muy poco es injusto, también en
lo más es injusto. 11
Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo
verdadero? 12 Y si
en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro? 13 Ningún siervo puede
servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al
uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. 14 Y oían también todas
estas cosas los fariseos, que eran avaros, y se burlaban de él. Entonces les dijo:
15 Vosotros sois
los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres; más Dios
conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen por sublime,
delante de Dios es abominación.
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Para empezar este estudio diré que se llamaba mayordomo en esos tiempos al criado
principal a cuyo cargo está el gobierno económico de una casa o hacienda, no es el mismo tipo de mayordomo que podemos conocer hoy en día.
Tenemos en esta parábola a un
mayordomo al cual se le acusa de ser disipador de los bienes de su amo, malgastándolos,
derrochándolos.
En aquellos tiempos no era
como hoy en día, un mayordomo tenía el total control de los bienes de su amo.
En esta
parábola encontramos tres características de gran importancia en la vida y
trabajo de un mayordomo:
V.
8 – Sagacidad, v. 10 – Fidelidad y v. 12 – Utilidad.
Se
encuentra este mayordomo, el cual vemos que no tiene ninguna de las dos ultimas
aunque de la primera si podemos decir que tiene, y mucha. Sabe que será despedido por no hacer buen uso de los bienes que le han sido confiados, los esta disipando, hace uso incorrecto de ellos, los utiliza para sacar beneficio propio, ahora ya descubierto
se encuentra con un gran dilema…..y ahora que haré? ya no podrá trabajar de mayordomo, ya nadie confiará en el.
No podía
ni tenia fuerzas para cavar, le pasó por mente el mendigar pero su vergüenza no
se lo permitía y optó finalmente por la opción de falsificar los documentos de
los deudores para que paguen menos y se cobraría este favor yendo a comer y a
dormir cada tanto a la casa de cada los mismos.
Como
es de suponer, ninguno de los deudores diría que no a esa propuesta y de esta
manera se convirtieron en cómplices de la artimaña del mayordomo.
Los
“hijos del siglo” se utiliza para referirse a la gente que vive con valores
materialistas y temporales, es decir, que no tienen en cuenta a Dios, los
“hijos de luz” son los que han creído en Jesucristo.
Nos
indica nuestro Señor que los “hijos del siglo” son más astutos, más rápidos,
más previsores que los “hijos de luz” en
el hecho de anticiparse al futuro, al que sucederá.
Lo
que hace el mayordomo es hacer un uso personal, para beneficio propio, de los
bienes que se nos han confiado a modo de custodia o administración.
Esta
parábola nos muestra buenas actitudes que debemos tener sacándolas de lo que no
debemos hacer. El mayordomo es un personaje corrupto y a la vez incitador de
los demás a actuar de malas maneras y aún así nuestro Señor destaca dos
aspectos importantes en su persona:
1-
Fue previsor y 2- Invirtió en su futuro.
No
esperó a ser despedido, se anticipó a los hechos, y ahora, hoy en día debemos
ser nosotros como este mayordomo, debemos imitarle en alguno de sus actos,
debemos invertir en nuestro futuro, en el reino de los cielos, porque también
nosotros somos mayordomos, lo que tenemos no es nuestro, sino de nuestro Señor,
debemos invertir para la eternidad, como si depositáramos en un banco para
tener el día de nuestra jubilación.
Cuando
Jesucristo puso el amor al dinero por delante del amor a Dios, los fariseos
comenzaron a burlarse de nuestro Señor, es entonces cuando descubre Jesús el verdadero motivo de sus
burlas diciendo “ustedes se están justificando a sí mismos delante de los
hombres”, todos ustedes son como este mayordomo, no están administrando
correctamente los bienes de Dios.
Que
es lo que motivó al mayordomo a actuar de esta
manera? “Que me reciban en sus casas”.
Y
para ello se valió de rebajar la deuda de todos los deudores para así
asegurarse su favor cuando le fuera necesario. El amo Lo alabó por haber
actuado con sagacidad y sabiduría en su situación embarazosa, porque supo
utilizar los recursos para afrontar las futuras adversidades, para alcanzar sus
fines: NO quedar en la calle.
Si “los
hijos de este siglo” son capaces de actuar sabiamente, para que las
circunstancias estén a su favor y sacar un beneficio, ¿por qué los “hijos de
luz” no son capaces de actuar con sabiduría divina para que puedan asegurarse
la entrada al reino de los cielos pero actuando correctamente, como Dios
quiere?
En
el V9 Cristo nos dice que; “Y
yo os digo: Ganad amigos por medio de las riquezas injustas, para que cuando
éstas falten, os reciban en las moradas eternas.”, y en el V11; Pues
si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo
verdadero?
En
mi opinión creo que se esta refiriendo a los negocios, los trabajos que
realizamos en esta vida por medio de los cuales ganamos para vivir. Si no somos
capaces de colocar a nuestro servicio el trabajo que realizamos ese mismo
comportamiento vamos a tener con las cosas espirituales, y mucho menos vamos a
utilizar los recursos espirituales correctamente.
Jesús
utilizó en esta parábola los bienes materiales para mostrarnos lo que debemos y
no hacer con todos los “bienes” Divinos con que somos bendecidos todos
nosotros. El amo es Dios, los mayordomos
somos todos los siervos de Dios. El amo da riquezas a sus siervos para que
ellos las administren. Dependiendo como las administremos le seremos fieles o no.
Tod@s
nosotr@s que hemos vuelto a nacer somos mayordomos y administradores de los
bienes de Dios, del tiempo, del dinero, de los dones, de todo lo que somos y
poseemos. Si nuestra vida le pertenece a Dios, todo lo que tenemos también es
de él. Si administramos bien, él nos pondrá en una posición superior, si
administramos mal nos dirá “Da cuenta de tu mayordomía, porque no podrás ser
más mayordomo”.
Que
se nos intenta enseñar en esta parábola:
Debemos
auto examinarnos para poder corregir el rumbo de nuestra vida, administrar correctamente
todo lo que somos y poseemos Gloria a Dios.
Debemos
ser fieles y buenos administradores de todo lo que Dios nos da, y usarlo para
el bien de los intereses de Dios, no gastarlo inútilmente, no hacer mal uso de
ello y mucho menos usarlo para beneficio propio, todo debemos invertirlo en
Dios, TODO.
Jesús
nos enseña que hay que buscar la riqueza espiritual con el mismo entusiasmo que
tienen los que buscan la riqueza terrenal.
Me gustaría resumir toda la parabola en un solo versiculo, el 10; "El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y
el que en lo muy poco es injusto, también en
lo más es injusto".
Siempre tengamos presente que a Dios y a mamón no se les
puede servir a la vez. No seamos mayordomos y mucho menos hagamos complices de nuestro mal obrar a cualquiera, pues tod@s somos deudores ante Dios, paguemosle siendo fieles mayordomos, administremos fielmente sus bienes que nos han sido confiados.
Para terminar me gustaría
añadir al final de este estudio unos versículos de:
Mateo
6: 31-33
*No
os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?
Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe
que tenéis necesidad de
todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y
todas estas cosas os serán añadidas.
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