Mateo 13: 33
Otra parábola les
dijo: El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer, y
escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado.
Nos habla aquí Jesús de la levadura que, según la definición
en cualquier diccionario vemos:
1- Nombre común por
el que se conoce a distintas especies de hongos unicelulares que provocan la
fermentación alcohólica de los hidratos de carbono, por lo que se utilizan en
la elaboración del pan y de la cerveza.
2- Sustancia que hace
fermentar los cuerpos con los que se mezcla.
Se habla en el versículo con uno de los sinónimos de
fermentar; leudar, (Dar fermento [a la masa] con levadura).
Explicado esto vamos a lo que es la enseñanza en si de esta
parábola:
Tenemos el reino de los cielos, que somos tod@s y cada uno
de los creyentes, su iglesia, teniendo como labor la de mezclarnos con el
mundo, igual que la levadura con la harina, para hacerla fermentar, leudar,
aumentar su tamaño.
Es fácil, según mi entender, ver el mensaje que se nos da en
esta parábola, tenemos que actuar como la mujer de la parábola, poniendo la
levadura en la harina.
Levadura (Evangelio) para el resto de personas que
todavía no han aceptado al Señor, mezclarnos con ellos y hacerles crecer
espiritualmente, predicarles el evangelio hacerles notar que la única y
verdadera salvación es la de aceptar a Cristo en sus vidas.
Toda la harina (el mundo) tiene que ser predicada (leudada),
por la mujer (nosotr@s) todo el mundo debe conocer el Evangelio.
Marcos 16: 15-16
Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a
toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no
creyere, será condenado.
Tenemos que mezclarnos, predicar, que la gente entienda lo
que es creer en Jesucristo, lo que significa, todas las bendiciones que
encontraran al dar el paso más importante de sus vidas igual que nosotr@s dimos
en su día.
Se notan en esta parábola algunas similitudes con la del
grano de mostaza, que al igual que la harina mezclada con levadura crece, tanto
en una parábola como en la otra el fin es el mismo, el crecimiento o expansión
de la Iglesia
de Dios.
Llevamos ya la
Palabra de Dios en nuestros corazones, debemos estudiarla y
aprenderla, debemos conseguir poner estas enseñanzas en practica en nuestra
vida diaria, si estamos ya influidos por la Palabra podemos actuar como la mujer, podemos
leudar la harina. Jesucristo puso su parte de levadura, también los Apóstoles y
hoy en día somos millones los que hemos sido leudados.
Debemos mezclar con la harina buena levadura, levadura
salida directamente de la verdadera palabra, sin adulterar, desgraciadamente
encontramos a veces levadura adulterada, hace crecer la harina igual que la verdadera y buena pero con un crecimiento alejado de la Palabra, una levadura que
conduce a la apostasía.
Cada uno de nosotr@s conocemos la levadura que tenemos y
debemos utilizar; Gloria a Dios usemos la buena levadura.
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