Dios es justo, por eso nos provee historias de buena gente y gente no
tan buena en su Palabra. En este estudio vamos a ver ejemplos tanto positivos
como negativos que nos pueden enseñar a vivir mejor nuestras vidas.
Veamos los antecedentes de
la mujer de Lot, sólo se la menciona dos veces en la Biblia, y ni siquiera
sabemos su nombre, en los dos pasajes se la nombra simplemente como la mujer de
Lot, sin embargo es recordada a través de la historia como una solemne
advertencia a la mujer de todas partes.
Recordemos que Lot era
sobrino de Abraham, hombre rico que compartió sus riquezas con su sobrino,
vivió con rectitud delante de Dios, a medida que los rebaños de ambos crecían y
se multiplicaban, comenzaron las disputas entre sus pastores y como vemos en
Gn13: 8-9 los dos hombre trataron el problema.
La Biblia dice que Lot miró
a su alrededor y eligió la tierra que le pareció mejor para sus rebaños. Esta
tierra estaba cerca de una ciudad muy corrupta Sodoma e impulsado por su egoísmo
se mudó a Sodoma.
Los habitantes de Sodoma
eran perversos y pecaban gravemente contra el Señor. Lot no solamente se mudó
cerca de Sodoma sino que al poco tiempo se convirtió en su ciudadano, si
sabemos que era honrado y respetado por la comunidad porque se sentaba a la
puerta de la ciudad que era un lugar destacado. La Biblia no os dice nada
específico sobre los antecedentes de su mujer, pero parecería que ella
disfrutaba la riqueza y posición social de Lot en la ciudad y que se apegó a
los bienes materiales.
Si seguimos la lectura de la
Palabra vamos a Gn19:1-3, y nos
encontramos en este texto a dos ángeles que parecían hombres comunes que
visitaron a Lot, este los llevó a su casa y les preparo una comida, supongo que
su esposa participó en la preparación de la comida.
Los sodomitas eran tan
perversos que querían que les entregasen a los dos hombres para practicar con
ellos su perversidad sexual, en un intentó de protegerlos Lot ofreció sus hijas
a los sodomitas para saciar su deseo sexual. Con ello podemos darnos cuenta
como había afectado el vivir en Sodoma a
su vida familiar.
La historia continúa cuando
los sodomitas están a punto de derribar la puerta de la casa de Lot, pero los
ángeles hicieron un milagro cegándolos en un instante, de manera masiva se
produjo una gran confusión y los hombres no pudieron encontrar la puerta y la
familia de Lot estuvo a salvo.
Seguimos el relato en Gn19:
12-16 vemos la protección de Lot y su familia por parte de los ángeles, Dios en
su bondad le dio a toda la familia de Lot la oportunidad de escapar, pero
algunos de sus familiares no quisieron escucharle, todos los miembros de la
familia fueron destruidos junto con la ciudad de Sodoma, a excepción de su
esposa y las hijas que estaban en la casa con Lot.
Y cuando los hubieron llevado
fuera, dijeron: Escapa por tu vida; no mires tras ti, ni pares en toda esta
llanura; escapa al monte, no sea que perezcas.
Vamos a la miga del asunto,
Jesús nos dijo que debemos acordarnos de la mujer de Lot, pero ¿qué debemos
recordar?; un aspecto son las consecuencias de la desobediencia.
Genesis 19: 26
Entonces la mujer de Lot miró
atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal.
La mujer de Lot ya había salido de Sodoma con su
marido e hijas, pero lo que dejaba tras de sí le atraía tanto que miró hacía
atrás, no hizo caso de la advertencia de los ángeles, su deseo egoísta y su
incredulidad le habían robado la razón y pago su desobediencia con su propia
vida.
Esta advertencia es también
para nosotros preguntémonos ¿nos ha bendecido Dios con bienes materiales, una
hermosa familia, una vida segura y feliz? ¿Estaríamos dispuestos a obedecer a
Dios si nos pidiera que fuéramos a
alguna parte o que hagamos algo que afectara nuestra comodidad? Tengamos
cuidado con lo que se nos requiere de nosotros, seamos fieles y estemos
atentos, y recordemos que Jesús pago un precio muy alto para el perdón de
nuestros pecados, entrego su vida, para que cuando vayamos a Él arrepentidos,
nos perdone y olvide nuestros pecados, no miremos atrás, no repitamos aquello
que nos mantenía en una Sodoma moral, porque la desobediencia tiene un precio.
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