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viernes, 28 de febrero de 2014

SANSÓN.


Hijo de Manoa, casado este con una mujer esteril, podemos ver en Jueces 13: 3 como es anunciado su nacimiento por un ángel. Su familia vivía en Zora, ciudad fronteriza entre Judá y Dan, aproximadamente a unos 22 Km al Oeste de Jerusalén.



*Jueces 13: 2-5

Y había un hombre de Zora, de la tribu de Dan, el cual se llamaba Manoa; y su mujer era estéril, y nunca había tenido hijos. A esta mujer apareció el ángel de Jehová, y le dijo: He aquí que tú eres estéril, y nunca has tenido hijos; pero concebirás y darás a luz un hijo. Ahora, pues, no bebas vino ni sidra, ni comas cosa inmunda. Pues he aquí que concebirás y darás a luz un hijo; y navaja no pasará sobre su cabeza, porque el niño será nazareo a Dios desde su nacimiento, y él comenzará a salvar a Israel de mano de los filisteos.



Estaba destinado Sansón a ser nazareo (apartado, consagrado, separado). Sabemos por las escrituras que Sansón poco caso hizo a lo que significaba el ser nazareo (ver Números 6: 1-21) ya antes de nacer se sabia como debía encaminar su vida. Como apunte general te digo que no podía tomar bebidas alcohólicas, no podía acercarse a ningún cadáver, no cortarse el pelo, debía vivir en santidad, estaba separado por voluntad de Dios a ser utilizado por El Espíritu para libertar a su pueblo de la opresión filistea.

Todo lo que sabemos de Sansón está escrito en La Palabra, sus amores, sus luchas, su fin… en el Libro de Jueces del 13 al 16.

Para no hacer muy extenso este estudio nos centraremos simplemente en lo que se puede aprender de la vida de Sansón.

Antes de seguir… una pequeña pregunta; ¿Dónde residía la fuerza de Sansón?, la gran mayoría responderíamos en su pelo, en su larga y abundante cabellera. Veremos ahora poco a poco donde residía realmente esa fuerza descomunal.

Sansón a lo largo de los años aprendió que debía mantenerse bajo la protección del Espíritu, vivir de manera que no fuera contraria a la voluntad del Padre, estaba destinado a ministrar bajo el poder del Espíritu apartándose de todo mal, consagrado a El.

Tenia Sansón una faceta que le impedía realmente el estar en obediencia, por decirlo de una manera suave diré que le gustaban demasiado las mujeres.

Sabemos por las Escrituras que como mínimo fueron tres sus “amadas”, primero una mujer filistea (jueces 14), después una ramera en Gaza (Jueces 16) y finalmente fué Dalila en Timnat, otra prostituta.

Es de suponer con este currículo que hubieron más mujeres en su vida, aun que no tengamos constancia de ellas.

Un hombre fuerte, con una fuerza sobrenatural, llegó a matar un león con sus manos desnudas, vencer a los soldados filisteos con la única ayuda como arma de una quijada de asno (http://www.elgozodelacruz.blogspot.com.es/2013/11/quien-o-que-es-tu-filisteo.html), fue capaz de coger 300 zorras y juntándolas de dos en dos atarles ramajes a sus colas para después prenderles fuego y quemar los campos sembrados de los filisteos, cargar a hombros las enormes puertas de una ciudad y subirlas a lo alto de una montaña.

Es casi seguro que la parte más conocida de Sansón es cuando fue hecho prisionero y después de que le cegaran sacándole los ojos fue encadenado a dos columnas ya con su abundante melena rapada.

Sansón llevó una vida en la que podemos decir que podían más sus escarceos amorosos, su pasión desenfrenada, su abandono en cuanto a llevar una vida consagrada al Espíritu, y aún así Dios no le dejo nunca solo.

Toda su fuerza residía en el poder de El Espíritu, en el poder de Dios, si Sansón venció en sus luchas fue por que Dios a través del Espíritu le daba la victoria a Sansón.

Vemos en Sansón a un hombre utilizado al servicio y voluntad de Dios que no supo aprovechar todo lo que El Padre le había concedido. Era Sansón muy desagradecido en el sentido que no se conoce que pidiera nunca consejo al Padre de cómo utilizar sus bendiciones.

Vemos como con Dalila se dejo engañar por los placeres de la carne, antepuso su placer a la voluntad de Dios, se aparto del Padre y este le dejo de bendecir, se rindio al final Sansón a los sutiles y frecuentes ataques del enemigo en forma de bella mujer, el enemigo conocia la debilidad de Sansón.

Después de toda una vida contraria a lo que de el se esperaba el Padre decidió que Sansón ya no estaría bajo la sombra del Espíritu, que no sería bendecido con todo el poder que tenía y no supo aprovechar precisamente por creerse el dueño de su poder.

¿No crees tu que si Dios hubiera decidido que aun sin su pelo conservara su fuerza lo hubiese hecho?

Cuando cualquier hombre debe caminar en santidad nunca debe dejar de dar Gloria al Padre de cualquier logro que tenga, el hombre consagrado a Dios tan solo es un instrumento de El.

Un hombre a Dios consagrado puede mezclarse con el mundo tan solo si es voluntad del Padre, no se debe mezclar y mucho menos entregarse al mundo y sus placeres tal como hizo Sansón dejando a Dios en un segundo plano.

Sansón no supo decir NO al mundo y sus placeres, se volvió orgulloso del que creía  su poder, llegó a confiar más en el mismo y el que el creía su poder que en el dador de su fuerza y astucia.

Vivimos como Sansón en un mundo lleno de enemigos, de filisteos agazapados y esperando que nuestra concupiscencia nos ponga del lado contrario al que debemos ir, mujeres y hombres como Dalila que nos tentaran poco a poco, un día y otro, hasta que al fin caigamos en el pecado, será el momento en que el resto de filisteos modernos se nos echen encima para apresarnos.

Si Sansón hubiese sabido decir no a tiempo al pecado, no dejarse llevar por las corrientes mundanas, agradecer al Padre todo lo que era, darle a El Gloria por cada victoria conseguida y no vanagloriarse de todos sus logros hubiera sido un buen juez.

Apresado, ciego, atado con cadenas que ya no podía romper, se encuentra solo y atado a la rueda de un molino, dando cada día vueltas sin parar, motivo de burla y carcajada por parte de sus captores.

Lo único que podía esperar ya Sansón era la muerte, seguro ahora comprendía todo lo que su loca vida le había hecho perder; de tener un enorme poder y una muy buena posición ante el pueblo judío a no tener nada, estar cautivo por el enemigo de su pueblo, de los cuales el tenia que liberarles, seguro que en esos momentos estaría clamándole al Padre que acabase con su sufrimiento.

Dios volvió a bendecirle una vez más con la suficiente fuerza como para derribar las columnas y con eso hacer caer toda la edificación. Se había apoyado a ellas con la intención de vengarse de sus captores matándoles en el derrumbe. Le había crecido un poco el pelo y regresó a el la suficiente fuerza como para conseguirlo, volvió el poder del Espíritu.

Entre risas y burlas, menosprecios y humillaciones, tan solo estaba ahí Sansón para que los filisteos pudieran divertirse a su costa, para presentárselo a su dios Dagón como señal de victoria.

Fue la última demostración de lo que hizo el poder de Dios utilizando a Sansón, el también murió, pero no victima por voluntad de Dios, victima de su vida bendecida pero apartada de la voluntad del Padre, victima de su vida de pecado.





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