Fue Timoteo uno de los hijos espirituales del Apóstol Pablo. Nacido en Listra e hijo de madre judía, Eunice, hija de Loida (de las cuales recibió las enseñanzas de la Ley durante su infancia y adolescencia) y padre griego del que no tenemos constancia Bíblica de su nombre.
A causa de
ser hijo de padre griego, Timoteo no estaba circuncidado, fue a instancias de
Pablo cuando lo hizo, para no ofender a los judíos con los cuales tendría que
tratar durante su ministerio.
Como en
otros estudios estaremos centrados únicamente en citas de La Palabra, es por esto que
no podemos citar ni edades, ni como murió, podríamos deducir, solo eso.
Deducciones
aparte podemos asegurar que era un buen Cristiano, tal como nos indica el
significado de su nombre “quien honra a Dios”.
*Hebreos 13: 23
Sabed que está en libertad nuestro
hermano Timoteo, con el cual, si viniere pronto, iré a veros.
Estaba destinado a ministrar y eso
estaba profetizado.
*I Timoteo 1: 18-19
Este mandamiento, hijo Timoteo, te
encargo, para que conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a
ti, milites por ellas la buena milicia, manteniendo la fe y buena conciencia,
desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos,
Podemos afirmar también que Pablo sentía
un gran apego hacia Timoteo y que este era correspondido.
Era Timoteo un hombre muy afectuoso,
de una gran Fe, no fingida.
*II Timoteo 1: 4-5
deseando verte, al acordarme de tus
lágrimas, para llenarme de gozo; trayendo a la memoria la fe no fingida que hay
en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy
seguro que en ti también.
Necesito durante su ministerio ser
exhortado por Pablo a avivar la llama del Espíritu que moraba en su interior, a
vencer sus deseos carnales debido a su juventud, a no tener miedo de su Fe en Jesús.
*II Timoteo 2: 22
Huye también de las pasiones
juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón
limpio invocan al Señor.
Por tanto, no te avergüences de dar
testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones
por el evangelio según el poder de Dios,
Leal, fiel, con debilidades que eran
amortiguadas por sus virtudes.
En Timoteo podemos ver reflejado al
Cristiano que empieza con un gran Amor, pero que por circunstancias se va
apagando.
Sus concupiscencias, el influjo del
mundo, falsas doctrinas y religiones son causa de que se apague lentamente la
fuerza del Espíritu, contra todo esto debemos de luchar diariamente al igual
que hizo Timoteo exhortado por su padre espiritual.
La cobardía que todos podemos padecer
puede hacer que se apacigüen nuestras ganas de predicar El Evangelio, de
testificar de nuestra Fe, una cobardía que a veces se manifiesta en vergüenza,
en el que pensaran de mi; que mas dá lo que los demás piensen de nosotros por
predicar nuestra Fe.
*II Timoteo 1: 6-7
Por lo cual te aconsejo que avives
el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque
no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio
propio.
No es el Señor, ni el Espíritu quien
debe avivar ese fuego interior, somos nosotros mismos quien debemos hacerlo
para seguir por el verdadero camino. Debemos vencer el sentimiento de cobardía
y encarar el camino con una verdadera Fe, con una Fe no fingida como la de
Timoteo.
En próximos estudios entraremos más en profundidad en lo que fue su ministerio pero a modo de resumen decir que estuvo acompañando a Pablo en su segundo y tercer viajes misioneros, que fue enviado a la Iglesia de Corinto, que estuvo a cargo de la Iglesia de Efeso.
En próximos estudios entraremos más en profundidad en lo que fue su ministerio pero a modo de resumen decir que estuvo acompañando a Pablo en su segundo y tercer viajes misioneros, que fue enviado a la Iglesia de Corinto, que estuvo a cargo de la Iglesia de Efeso.
Pablo le pidió que le visitara
estando encarcelado este, enfrentándose ya a pena de muerte, no podemos tampoco
saber si llegó o no a visitarle, pero no deja este de ser un dato significativo
de cuanto amaba en el Amor de Dios Pablo a su hijo espiritual Timoteo.
Timoteo era frágil, nosotros somos
frágiles, podemos caer en tentación, ser manipulados por el mundo, por falsas
doctrinas, si vencemos ese espíritu de cobardía vencemos al mundo y sus engaños
pudiendo presentarnos ante todos como Cristianos que no tenemos nada de que
avergonzarnos ante Dios, pudiendo como Timoteo a llegar a cumplir que con
nuestros ministerios se Glorifique cada vez mas el nombre de Dios.
*II Timoteo 2: 15
Procura con diligencia presentarte a
Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra
de verdad.
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